Esta mañana he desayunado en un bar popular por aquí, bullicioso y vocinglero, disfrutando de un cantante de boleros, un jubilado de voz de seda, cantando quedo, a través de su mascarilla: Mira que eres linda,qué preciosa eres,estando a tu ladoverdad que me sientomás cerca de Dios… Un silencio repentino le preparó el ambiente. .Apoyado contra la pared, marcando el compás con los nudillos sobre la mesa, con aire ausente… ¿En quién pensaría, qué memoria de amor o desamor templaba su voz y entrecerraba sus ojos?