Publicamos aquí un análisis exhaustivo y profundo de una lucha notable: la de los trabajadores de la fábrica GKN. En un clima de decidida ofensiva por parte de Confindustria [Confederación General de la Industria Italiana] y del gobierno de Draghi, esta lucha -que por cierto no ha terminado- puede aportar elementos de esperanza y de reflexión en sectores del proletariado en Italia y en otros países.En diferentes configuraciones -en términos de ramas, experiencias sindicales y de repercusión- se están desarrollando algunas luchas radicales, por ejemplo en la logística.
En marzo de 2020, debido al estado de emergencia provocado por la crisis sanitaria, el Gobierno italiano decretó la congelación de los despidos, es decir, la prohibición de que las empresas realizaran despidos colectivos por motivo de la crisis o de reestructuración. Esta medida contribuyó a mantener el empleo en los sectores profesionales más organizados, aunque lamentablemente no evitó lo que fue una auténtica masacre de puestos de trabajo, con la pérdida de cerca de un millón de empleos, la gran mayoría de los cuales correspondían a mujeres con contratos precarios. La moratoria de despidos se prolongó progresivamente hasta el 30 de junio de 2021, fecha en la que fue suspendida definitivamente, a excepción de algunos sectores de servicios y de la industria textil, para los que durará hasta finales de octubre de este año. De hecho, el acuerdo entre Confindustria y los sindicatos incluye la "recomendación" a los empresarios de que, en la medida de lo posible, utilicen 13 semanas de indemnización por despido (seguro de paro técnico-cassa integrazione), antes de proceder a los despidos (quizás con la esperanza de que la situación de la producción cambie...). A partir de ese plazo, las empresas quedan "por fin" libres de despedir a los trabajadores, incluso a los que no tenían contratos precarios, y los sindicatos no lograron imponer al gobierno la reforma de las redes [de protección] de seguridad social, y mucho menos una política de adelanto de la edad de la jubilación y de reducción de la jornada laboral, lo que hubiera protegido, al menos parcialmente, el empleo frente a las reestructuraciones. El fin de la moratoria de los despidos, el 30 de junio de 2021, vino acompañado de un acuerdo sindical bastante extraño, en el que el sindicato se limitó a defender una indemnización de 13 semanas en caso de despido, sin más limitaciones para las empresas que una simple "recomendación"